segunda-feira, 4 de junho de 2012

Medios mediatizados


Natalia Ginzburg escribió en 1962 un ensayo “Las pequeñas virtudes”, en el que recomendaba no enseñar a los hijos las pequeñas virtudes, sino las grandes: entre otras, la generosidad en vez del ahorro; el coraje y el desprecio por el peligro en lugar de la prudencia; la franqueza y el amor por la verdad en vez de la astucia; el deseo de ser y de saber en sustitución del deseo de éxito.

 
Durante mucho tiempo, creímos en que esas grandes virtudes podían mover al mundo y que cada paso adelante, cada conquista social y política era irreversible, pero en los últimos años la realidad nos ha ido despertando golpe a golpe. Los gobiernos occidentales, escudándose en la crisis económica y en los problemas de seguridad causados por el terrorismo, han aprobado medidas que restringen de manera escandalosa derechos y libertades, sin encontrar apenas reacción en una población anestesiada por unos medios de comunicación de contenidos alienantes e ideología mayoritariamente reaccionaria.

Entre la vulgaridad y el sectarismo de la mayoría de los canales de la TDT, flotando en una cloaca de tele-tiendas, astro-canales, hagiografías de la presidenta de la Comunidad de Madrid o fascistas mancillando el nombre de la libertad, como una isla de independencia y calidad, CNN+ ofrecía un refugio en el que escuchar un editorial en vez de un panfleto, un debate en el que lo que se expusieran fuesen ideas y no descalificaciones o noticias que no se relatasen a instancia de parte. Lamentablemente la cerraron, supuestamente por razones económicas, aunque la cadena fue deficitaria desde sus comienzos y la productora la mantuvo siempre por cuestiones de prestigio.

                              

RTVE, a la que las normas impuestas con el gobierno Zapatero mantenían en un frágil equilibrio de neutralidad con concesiones esporádicas a la caverna que periódicamente la presionaba con falsas acusaciones de partidismo ve peligrar su independencia con el nuevo reglamento aprobado por el PP que como es habitual en ese partido se ve incapaz de gobernar sin tener bajo su control los medios de comunicación.

El único medio audiovisual declaradamente de izquierdas, la Sexta, ha sido absorbido por una cadena de orientación totalmente opuesta y se desconoce por el momento si sus informativos podrán continuar con su línea editorial. Las autonómicas, en manos de sus gobiernos respectivos son casos flagrantes de manipulación. Y en cuanto a la prensa escrita, en franco declive económico y cada vez más dependiente de subvenciones y publicidad institucional, ve cada vez más comprometida su misión de control del Gobierno. Sólo Internet permanece todavía fuera del control de los mercados y de los grupos de poder ¿hasta cuándo?

                                

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